La Universidad Autónoma Metropolitana atraviesa actualmente un proceso de grandes magnitudes que comenzó con la imposición del Mtro. en Ed. Jorge Alsina Valdez y Capote como nuevo director de la División de Ciencias Sociales y Humanidades (DCSH) de la unidad Xochimilco, esto, desconociendo la voz de la propia comunidad de CSH, que en votaciones durante la auscultación llevada a cabo por los consejeros de esta división, manifestaron su preferencia por el Dr. Ernesto Soto Reyes Garmendia quien logro obtener 50.98% de los votos, a este le seguía Alsina Valdez con 28.67% y en lo más bajo de la tabla se encontraba la Dra. Marta Griselda Martínez Vásquez quien apenas consiguió 15.23% de las votaciones. Resultados que no se vieron reflejados en el momento en el que los funcionarios y consejeros debieron tomar la decisión en el Consejo Académico de la unidad donde las votaciones, que esta vez se llevaron a cabo de manera secreta, cambiaron radicalmente, mostrándose de la siguiente manera: Griselda Martínez 2.56%, Ernesto Soto 41.02% y Alsina Valdez 53.82%, con una abstinencia de 2.56%. Legalmente el procedimiento era correcto, pero se llevó a cabo de manera injusta, ilegitima y excluyente, reviviendo un pasado político mexicano de autoritarismo, clientelismo, cabildeo de votos, corrupción, y grupos de poder que buscan intereses propios manipulando e interpretando las leyes a conveniencia, con la demagogia que caracteriza sus discursos; Una vez más, la democracia y la dignidad de la comunidad habían sido ultrajadas.
A raíz de este hecho se desarrolla un conflicto en el que se ha desvelado, por fin, de manera flagrante el enorme abismo que separa a la comunidad de sus funcionarios y los enormes huecos y fallas de la democracia representativa y los órganos administrativos de esta Universidad, estipulados en la Ley Orgánica de esta institución, que agravian los derechos naturales y Constitucionales de la misma comunidad; lo cual ha suscitado un intenso movimiento estudiantil sin precedentes dentro de nuestra unidad y con él, un momento histórico en nuestra casa abierta al pueblo.
Este movimiento estudiantil se organizo de manera rápida y eficaz en una asamblea estudiantil amplia e incluyente que sesionaba en el, ahora llamado, “jardín de la democracia” diariamente a lo largo de la primera fase del conflicto, en esta Asamblea confluían todos aquellos individuos u organizaciones allegados a la universidad que tuvieran una opinión, postura y/o propuesta sobre este conflicto y su solución, profesores/as, trabajadores/as, alumn@s de las tres divisiones (CyAD, CBS, CSH), ex alumn@s y padres/madres de familia nos dimos a la tarea, de manera independiente, de comenzar la construcción de una nueva comunidad en la UAM, bajo la frase “Esta es mi cara, mi cuerpo la comunidad y mi nombre Universidad Autónoma Metropolitana”; las decisiones discutidas, críticamente en esta asamblea llevaron a la toma de las instalaciones de la DCSH y la rectoría de la unidad con la finalidad de ejercer presión directamente sobre nuestros funcionarios, pacíficamente y con los menores daños colaterales a la comunidad y la vida académica posibles, esto, para la apertura de un dialogo que autoritariamente se nos había negado por el Dr. Salvador Vega y León, rector de la unidad, dialogo donde exigimos que Alsina Valdez cumpliera su palabra dada en sesión de consejo de renunciar al cargo y se abriera un nuevo proceso incluyente para la elección de jefe de división, esto junto con la revisión de los procesos orgánicos de la legislación para que no volviese a suceder en la universidad alguna situación de la misma índole, la consigna era clara “¡Ni Alsina, ni Soto, respeto a mi voto!”.
Estos hechos suscitaron una discusión y polarización de opiniones igualmente sin precedentes, en los pasillos, aulas, cubículos, etc. se escuchaban tanto comentarios y discusiones críticas, argumentadas e informadas, como también se escuchaban los argumentos más acríticos, vacios y falaces que en ocasiones eran mera repetición y dejaban de lado las posturas propias.
En el Comité de Lucha de la UAM-X (CLUAMX) como organización a favor de una Universidad verdaderamente pública, gratuita, incluyente, critica, científica y participativa, formamos parte de esta asamblea amplia, solo una pequeña parte, sin imponer posturas o ideologías, trabajamos horizontalmente codo a codo con l@s compañer@s que decidieron, al igual que nosotr@s, tomar acciones para poner un freno a estas atrocidades y ser escuchados para la creación de la nuevo comunidad que queremos, a sabiendas que si la injusticia es la ley, la resistencia es un deber y la ilegalidad un medio legitimo; de nuestra parte la aportación al movimiento se dio con la experiencia acumulada por parte de l@s integrantes de este comité en anteriores acciones dentro y fuera de la UAM y con la infraestructura -alcanzada mediante la autogestión y el cooperativismo con los que nos manejamos- mayormente encaminados a la difusión del conflicto y sus avances.
Entendemos en el CLUAMX que estos actos por parte de las autoridades y funcionarios es un atentado a la dignidad misma, si se nos niega la voz en la toma de decisiones que afectaran nuestra vida directamente, se nos niega la existencia, transformándonos en simples objetos a quienes se utiliza solo para legitimar la llegada de algún personaje a un alto cargo y cuando nos expresamos o divergemos somos desechados. ¿Acaso simplemente por ser jóvenes no tenemos la capacidad de decidir sobre nuestro futuro? se nos piensa acríticos e imposibilitados para decidir qué es lo q mejor conviene a nuestra propia superación y de la universidad, pues bien, este parece ser el argumento de las autoridades y funcionarios, quienes se resguardan en los recovecos de la legislación interna. Los alumnos somos los más afectados por estas actitudes y esta legislación excluyente; decidimos no ser parte de este ultraje legaloide, decidimos no ser inmobiliario dentro de esta casa de estudios, no hemos ingresado a la universidad para pasar –mínimo- 4 años en un salón con la mirada fija en un pizarrón lleno de letras y palabras vacías, decidimos tomar parte en las decisiones y en la construcción del conocimiento dentro de nuestra universidad, y darles sentido a esas palabras, sabiendo que no será el que la demagogia pretende.
El conflicto en nuestra universidad ha terminado su primera fase y aunque como CLUAMX expresamos no estar completamente de acuerdo con la manera y los acuerdos con los que se cerró este episodio, nos hemos apegado a las decisiones tomadas en la asamblea de la cual formamos parte. Este conflicto no ha concluido, ahora empieza la batalla más dura, en consejo académico se logro la apertura vía institucional de cuatro comisiones para la defensoría del alumnado, vigilancia de los funcionarios, la revisión de los procesos de elección y la formación de una propuesta para la reforma a la legislación universitaria, esta última comisión es crucial, entendamos que la reforma a la legislación nos com- pete a tod@s, académic@s, administrativ@s y alumn@s de todos los sectores de todas las unidades de la Universidad Autónoma Metropolitana, es un trabajo arduo, de meses, inclusive años de labor, estas reformas que de la comisión salgan, se aprueban en el Congreso de la Unión, un órgano externo a esta universidad, ajeno a nuestros intereses como comunidad y del que tenemos que tener mucho cuidado, ya que las mismas prácticas políticas que nos trajeron hasta este conflicto se reproducen ahí, inclusive con mayor intensidad y escala, lo cual podría ser perjudicial a nuestra casa de estudios, si no nos mantenemos atentos a esto y hacemos que se cumplan nuestros deseos de manera cabal podríamos incluso perder todo por lo que hemos luchado, una universidad autónoma y pública, la participación del estudiante debe ser ahora mayor que nunca, nuestros conocimientos como universitarios deben enfocarse a la solución de este conflicto de la mejor manera.
S(A)ME/ CLUAMX
(Publicado en Con-Ciencia Estudiantil, Jul.2011)
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